
En el año 2018, la Unión de Consumidores de Valencia junto a EMIVASA realizó un estudio piloto en los principales mercados de Valencia para ver la aceptación de realizar jornadas de catas a ciegas donde se fomente el consumo del agua del grifo y la sostenibilidad mediante la reducción de plástico.
Tras la buena acogida, en 2019 se realizaron 30 catas a ciegas y se evidenció que el 75% de los encuestados no eran capaces de distinguir el agua del grifo frente al agua embotellada.
Una cata a ciegas consiste en dar a probar 3 muestras (vasos) de agua. Una de ellas es agua del grifo frente a otras 2 muestras de aguas embotellas de diferentes marcas más vendidas.
Se sirven a cada catador tres muestras de agua en pequeños vasos de cartón reciclado, presentándose para cada cata en orden distinto y sin que supieran la procedencia de cada muestra, para evitar influencias de un catador con otro.
Una vez probadas las tres muestras por el catador, los organizadores les realizaban varias preguntas. La primera si era bebedor habitual de agua del grifo. La segunda pregunta consistía en saber, tras probar todas las muestras, si les era complicado o sencillo distinguir el agua del grifo del resto de aguas. La tercera pregunta, más concreta, consistía en que identificaran de entre las muestras catadas cuál creían que era la del agua del grifo de suministro público. Por último, una vez identificada el agua del grifo, se les pedía que realizasen una valoración de la misma.
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